No cabe duda de
que las mascotas son una gran compañía para todas las personas. Mientras que
algunos piensan que las mascotas sólo ocupan un espacio en la casa y no son
importantes, otras saben que tener una mascota en casa es incluirla como un
miembro de la familia. ¿Alguna vez te
has puesto a pensar en qué tan importante puede llegar a ser el tener una
compañía animal en casa? Si has tenido una o más mascotas te habrás dado cuenta
de la felicidad que te causa ver a tu gatito corriendo tras un estambre o a tu
perrito moviendo la cola cuando llegas. Pero para comenzar, ¿qué significa ser
feliz? La felicidad es “el estado de ánimo de la persona alegre y satisfecha
por la situación en la que vive” (El Pequeño Larousse Ilustrado, 2007, p. 445).
Una de los requisitos para tener una buena calidad de vida es ser feliz, pero,
¿qué influye para lograrlo? Nuestro cuerpo es capaz de producir una serie de
hormonas responsables de lograr placer y motivación, aliviar el estado de ánimo
y producir felicidad.
Las endorfinas
son pequeñas cadenas proteicas1
que se liberan a través de la médula espinal y el torrente sanguíneo. Son opiáceos2
del organismo que llegan a ser 20 veces más potentes que los medicamentos
contra el dolor que venden en las farmacias. Las endorfinas tienen una función
muy importante para la salud: Promover la calma, crear un estado de bienestar,
mejorar el humor, reducir el dolor, regular la presión sanguínea, producir
satisfacción emocional, entre otras.
Por otro lado, la
serotonina (figura 1), conocida como “la
hormona del placer”, es una monoamina3 neurotransmisora4
ubicada en el sistema nervioso central y en el tracto gastrointestinal; se
encuentra en varias plantas, frutas y vegetales. Representa un papel muy
importante para controlar la ira, la agresión, la temperatura corporal, la
presión, el apetito, la capacidad del descanso y en general el humor.
Figura 1. Dopamina y
serotonina (Lacroix Alain, 2016).
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La última
hormona es la dopamina (figura 1), la cual es un neurotransmisor del sistema
nervioso central. La dopamina tiene muchas funciones en el cerebro, suministra
sentimientos de gozo, influye en el
comportamiento, la cognición5,
la motivación, el sueño, la atención, el aprendizaje y la creatividad en la
generación de ideas. Los desórdenes de dopamina pueden causar falta de memoria,
de atención y falta de capacidad para la resolución de problemas.
La felicidad es
una de las mejores medicinas para la salud; ser optimista está directamente
relacionado con gozar de una buena salud. Una actitud positiva puede prevenir
el desarrollo de enfermedades como depresión, estrés, insomnio, niveles
inadecuados de colesterol y anorexia. Para activar las hormonas de la felicidad
es necesario nutrirlas con actividades que nos gusten, como escuchar nuestra
música favorita, correr, conversar, jugar, etc. Si queremos lograrlo sin duda
necesitaremos compañía que nos haga sentir bien en todo momento y que siempre
esté con nosotros cuando más lo necesitemos. Es ahí cuando digo: tener una
mascota en casa brinda grandes beneficios a la salud y te hace más feliz.
Desde hace más de
10 mil años, el hombre empezó a relacionarse con otras especies animales, con
un interés más allá de la supervivencia. Con el paso del tiempo, y por
necesidad básica, apareció la domesticación. Podríamos decir que esta relación, a base de
favores mutuos, ha generado diferentes tipos de reacciones. Estudios
neuroquímicos recientes comprueban que ciertos animales, como los perros y los
gatos, secretan la misma hormona, la oxitocina, que los humanos durante circunstancias
íntimas y afectivas. Por esta razón es fundamental convivir la mayor cantidad
de tiempo posible con nuestras mascotas, pues tanto las mascotas como los
humanos también secretan la oxitocina después de haber hecho algo juntos. Como
consecuencia, conforme esta hormona aumenta en el animal, incrementa sus años
de vida.
Nuestras
mascotas nos conocen, y eso no es sólo una intuición, diferentes estudios
muestran que ellos son capaces de identificar cuando estamos tristes o
enfermos. En 2012, investigadores de la Universidad de Goldsmiths en Londres se
dispusieron a comprobar si los perros son capaces de identificar el dolor o la
tristeza de sus amos. Para esto se tomaron 18 perros de distintas razas, los
cuales fueron expuestos a diferentes situaciones en la que los humanos
lloraban, susurraban o tarareaban. Cuando los humanos lloraron los perros
adquirieron una actitud sumisa buscando contacto físico con ella, lo cual no
sucedía cuando los humanos tarareaban o simplemente susurraban. Por esta razón
es muy probable que las mascotas identifiquen cuando su dueño se siente mal y
traten de acompañarlo.
Los perros han estado a
nuestro lado desde hace miles de años, sirviendo como compañeros y amigos
leales. Un estudio japonés publicado en la revista Science reveló que existe una conexión entre humanos y perros
impulsada por la oxitocina, hormona activa en el cerebro de seres humanos y
perros. Esta sustancia se libera de forma natural cuando se da la mano, se
recibe un abrazo o cuando se mira a los ojos a un ser querido. Los
investigadores realizaron dos experimentos. En el primero registraron la
interacción social y midieron los niveles de oxitocina antes y después de la
sesión (figura 2). “Es sólo en este grupo de
perros que miraron a sus propietarios por largos períodos de tiempo que se
detectó un aumento de la oxitocina en los propietarios, y también encontraron
un aumento paralelo de la oxitocina en los perros” (MacLean Evan, 2015). En el
segundo experimento los perros recibieron una dosis de oxitocina causando que
los canes pasaran más tiempo observando a sus amos, y como consecuencias en los
humanos aumentaron los niveles de oxitocina. MacLean, quien dirigió la
investigación, concluyó diciendo: “Las personas dicen que se sienten más
seguras, informan que se sienten ese vínculo con su animal, pero no sabemos
mucho acerca de la biología de cómo sucede esto”.
Figura 2. Una
investigadora mira a los ojos a un labrador retriever (Corbella
Joseph, 2015).
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Figura 3. Acariciando
un gato.
(Vacek Marla, 2012).
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Al igual que los
perros y que los humanos, los gatos también poseen sustancias que alteran el
bienestar colectivo. Jean-Yves Gauchet, veterinario francés, afirmó que
escuchar el sonido del ronroneo estimula las neuronas que producen serotonina y
endorfinas, incidiendo en la calidad de nuestro sueño y mejorando nuestro humor.
Los humanos resultamos beneficiados con el simple hecho de escuchar a un gato
ronronear, pues con sólo acariciarlo
puede estabilizarse la presión sanguínea y reducirse el nivel de estrés.
Cuando las
personas se convierten en el grupo social principal de los gatos, los humanos se
vuelven su modelo de comportamiento, es decir, si los dueños dedican tiempo a
jugar con sus gatos éstos estarán motivados a permanecer más activos. Los
felinos pueden influir en el comportamiento de los humanos ya que éstos deben
ajustar sus horarios para responder a las necesidades de su gato, por ejemplo
levantarse más temprano para darles de comer. Esto nos dice que tener una
mascota no sólo nos hace más felices, sino que también nos obliga a mejorar
nuestros hábitos de una manera positiva.
Basada en mi
propia experiencia puedo decir que las mascotas son una gran compañía, pues
evitan el sentimiento de soledad al hacerte sentir más seguro de ti mismo. Hace
tiempo, mi abuelita pasó por una etapa muy fuerte de depresión, ya que ella
vive sola en la Ciudad de México. Un día nos visitó, pues lo que necesitaba era
no estar sola. Como mi mamá, mi hermano y yo nos íbamos a la escuela mi
abuelita se quedaba aparentemente sola, pues estaban dos perros: Jenny y
Bolillo. Este último era muy tierno, si veía que estabas triste o solo te
seguía a donde quiera que fueras; eso fue lo que pasó con mi abuelita, empezó a
convivir bastante con el perro y cuando se comenzaba a sentir mal lo abrazaba.
Se divertía cuando veía que Jenny mordía a Bolillo cuando estaba desprevenido.
Poco a poco, sin ayuda del medicamento, comenzó a levantarse, subió bastante su
estado de ánimo y ahora era más activa.
Sin duda las
mascotas son de las mejores compañías que una persona puede tener, pues te
brindan grandes beneficios, físicos y emocionales, tanto así que hasta los vuelves
parte de tu familia. Existen ciertos comportamientos en los animales que
producen seguridad en nosotros, por ejemplo cuando vemos a un perrito moviendo
la cola activamente o a un gatito ronronear mientras te observa a los ojos. La
clave de la salud se basa en la felicidad. Si eres una persona alegre
difícilmente te vas a enfermar, pero para lograrlo es necesario activar las
“hormonas de la felicidad”, las cuales son más fáciles de generar cuando
tenemos compañía que nos transmite las mismas hormonas.
Figura 4. Convivencia
entre humanos, perro y gato. (Elena, 2014)
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