jueves, 15 de diciembre de 2016

Una medicina viviente

No cabe duda de que las mascotas son una gran compañía para todas las personas. Mientras que algunos piensan que las mascotas sólo ocupan un espacio en la casa y no son importantes, otras saben que tener una mascota en casa es incluirla como un miembro de la familia. ¿Alguna  vez te has puesto a pensar en qué tan importante puede llegar a ser el tener una compañía animal en casa? Si has tenido una o más mascotas te habrás dado cuenta de la felicidad que te causa ver a tu gatito corriendo tras un estambre o a tu perrito moviendo la cola cuando llegas. Pero para comenzar, ¿qué significa ser feliz? La felicidad es “el estado de ánimo de la persona alegre y satisfecha por la situación en la que vive” (El Pequeño Larousse Ilustrado, 2007, p. 445). Una de los requisitos para tener una buena calidad de vida es ser feliz, pero, ¿qué influye para lograrlo? Nuestro cuerpo es capaz de producir una serie de hormonas responsables de lograr placer y motivación, aliviar el estado de ánimo y producir felicidad.

Las endorfinas son pequeñas cadenas proteicas1 que se liberan a través de la médula espinal y el torrente sanguíneo. Son  opiáceos2 del organismo que llegan a ser 20 veces más potentes que los medicamentos contra el dolor que venden en las farmacias. Las endorfinas tienen una función muy importante para la salud: Promover la calma, crear un estado de bienestar, mejorar el humor, reducir el dolor, regular la presión sanguínea, producir satisfacción emocional, entre otras.

Por otro lado, la serotonina (figura 1), conocida como  “la hormona del placer”, es una monoamina3 neurotransmisora4 ubicada en el sistema nervioso central y en el tracto gastrointestinal; se encuentra en varias plantas, frutas y vegetales. Representa un papel muy importante para controlar la ira, la agresión, la temperatura corporal, la presión, el apetito, la capacidad del descanso y en general el humor.

Figura 1. Dopamina y serotonina (Lacroix Alain, 2016).

La oxitocina es una hormona que se produce en el hipotálamo, y está implicada directamente en la creación de lazos sociales, en el fortalecimiento de las relaciones sociales, reduce el estrés, fomenta la confianza y en general provoca una sensación placentera.

La última hormona es la dopamina (figura 1), la cual es un neurotransmisor del sistema nervioso central. La dopamina tiene muchas funciones en el cerebro, suministra sentimientos de gozo,  influye en el comportamiento, la cognición5, la motivación, el sueño, la atención, el aprendizaje y la creatividad en la generación de ideas. Los desórdenes de dopamina pueden causar falta de memoria, de atención y falta de capacidad para la resolución de problemas.

La felicidad es una de las mejores medicinas para la salud; ser optimista está directamente relacionado con gozar de una buena salud. Una actitud positiva puede prevenir el desarrollo de enfermedades como depresión, estrés, insomnio, niveles inadecuados de colesterol y anorexia. Para activar las hormonas de la felicidad es necesario nutrirlas con actividades que nos gusten, como escuchar nuestra música favorita, correr, conversar, jugar, etc. Si queremos lograrlo sin duda necesitaremos compañía que nos haga sentir bien en todo momento y que siempre esté con nosotros cuando más lo necesitemos. Es ahí cuando digo: tener una mascota en casa brinda grandes beneficios a la salud y te hace más feliz.

Desde hace más de 10 mil años, el hombre empezó a relacionarse con otras especies animales, con un interés más allá de la supervivencia. Con el paso del tiempo, y por necesidad básica, apareció la domesticación. Podríamos decir que esta relación, a base de favores mutuos, ha generado diferentes tipos de reacciones. Estudios neuroquímicos recientes comprueban que ciertos animales, como los perros y los gatos, secretan la misma hormona, la oxitocina, que los humanos durante circunstancias íntimas y afectivas. Por esta razón es fundamental convivir la mayor cantidad de tiempo posible con nuestras mascotas, pues tanto las mascotas como los humanos también secretan la oxitocina después de haber hecho algo juntos. Como consecuencia, conforme esta hormona aumenta en el animal, incrementa sus años de vida.

Nuestras mascotas nos conocen, y eso no es sólo una intuición, diferentes estudios muestran que ellos son capaces de identificar cuando estamos tristes o enfermos. En 2012, investigadores de la Universidad de Goldsmiths en Londres se dispusieron a comprobar si los perros son capaces de identificar el dolor o la tristeza de sus amos. Para esto se tomaron 18 perros de distintas razas, los cuales fueron expuestos a diferentes situaciones en la que los humanos lloraban, susurraban o tarareaban. Cuando los humanos lloraron los perros adquirieron una actitud sumisa buscando contacto físico con ella, lo cual no sucedía cuando los humanos tarareaban o simplemente susurraban. Por esta razón es muy probable que las mascotas identifiquen cuando su dueño se siente mal y traten de acompañarlo.

Los perros han estado a nuestro lado desde hace miles de años, sirviendo como compañeros y amigos leales. Un estudio japonés publicado en la revista Science reveló que existe una conexión entre humanos y perros impulsada por la oxitocina, hormona activa en el cerebro de seres humanos y perros. Esta sustancia se libera de forma natural cuando se da la mano, se recibe un abrazo o cuando se mira a los ojos a un ser querido. Los investigadores realizaron dos experimentos. En el primero registraron la interacción social y midieron los niveles de oxitocina antes y después de la sesión (figura 2). “Es sólo en este grupo de perros que miraron a sus propietarios por largos períodos de tiempo que se detectó un aumento de la oxitocina en los propietarios, y también encontraron un aumento paralelo de la oxitocina en los perros” (MacLean Evan, 2015). En el segundo experimento los perros recibieron una dosis de oxitocina causando que los canes pasaran más tiempo observando a sus amos, y como consecuencias en los humanos aumentaron los niveles de oxitocina. MacLean, quien dirigió la investigación, concluyó diciendo: “Las personas dicen que se sienten más seguras, informan que se sienten ese vínculo con su animal, pero no sabemos mucho acerca de la biología de cómo sucede esto”.


Figura 2. Una investigadora mira a los ojos a un labrador retriever (Corbella Joseph, 2015).


Figura 3. Acariciando un gato.
(Vacek Marla, 2012).
Pero tener un perro en casa no es la única opción, pues un gato también nos puede hacer la vida más feliz. De los animales domésticos, los gatos son los que mantiene una relación más especial  con lo humanos ya que ésta no se basa en la obediencia, sino en el respeto mutuo. Está demostrado que acariciar a los gatos relaja a los humanos y reduce el estrés en los gatos, lo cual es un ejercicio saludable para ambos (figura 3). Una investigación, Spouses and Cats and Their Effects on Human Mood, afirma que los dueños de gatos tiene menos depresiones, más sensaciones positivas y menos miedos: “Las relaciones entre los gatos y los humanos involucran atracción mutua, compatibilidad de personalidades, facilidad de interacción, juego, afecto y apoyo social. Sin duda alguna, un humano y un gato pueden desarrollar relaciones complejas con mutuo entendimiento” (Gracey Dorothy, 2011).

Al igual que los perros y que los humanos, los gatos también poseen sustancias que alteran el bienestar colectivo. Jean-Yves Gauchet, veterinario francés, afirmó que escuchar el sonido del ronroneo estimula las neuronas que producen serotonina y endorfinas, incidiendo en la calidad de nuestro sueño y mejorando nuestro humor. Los humanos resultamos beneficiados con el simple hecho de escuchar a un gato ronronear,  pues con sólo acariciarlo puede estabilizarse la presión sanguínea y reducirse el nivel de estrés.

Cuando las personas se convierten en el grupo social principal de los gatos, los humanos se vuelven su modelo de comportamiento, es decir, si los dueños dedican tiempo a jugar con sus gatos éstos estarán motivados a permanecer más activos. Los felinos pueden influir en el comportamiento de los humanos ya que éstos deben ajustar sus horarios para responder a las necesidades de su gato, por ejemplo levantarse más temprano para darles de comer. Esto nos dice que tener una mascota no sólo nos hace más felices, sino que también nos obliga a mejorar nuestros hábitos de una manera positiva.

Basada en mi propia experiencia puedo decir que las mascotas son una gran compañía, pues evitan el sentimiento de soledad al hacerte sentir más seguro de ti mismo. Hace tiempo, mi abuelita pasó por una etapa muy fuerte de depresión, ya que ella vive sola en la Ciudad de México. Un día nos visitó, pues lo que necesitaba era no estar sola. Como mi mamá, mi hermano y yo nos íbamos a la escuela mi abuelita se quedaba aparentemente sola, pues estaban dos perros: Jenny y Bolillo. Este último era muy tierno, si veía que estabas triste o solo te seguía a donde quiera que fueras; eso fue lo que pasó con mi abuelita, empezó a convivir bastante con el perro y cuando se comenzaba a sentir mal lo abrazaba. Se divertía cuando veía que Jenny mordía a Bolillo cuando estaba desprevenido. Poco a poco, sin ayuda del medicamento, comenzó a levantarse, subió bastante su estado de ánimo y ahora era más activa.  

Sin duda las mascotas son de las mejores compañías que una persona puede tener, pues te brindan grandes beneficios, físicos y emocionales, tanto así que hasta los vuelves parte de tu familia. Existen ciertos comportamientos en los animales que producen seguridad en nosotros, por ejemplo cuando vemos a un perrito moviendo la cola activamente o a un gatito ronronear mientras te observa a los ojos. La clave de la salud se basa en la felicidad. Si eres una persona alegre difícilmente te vas a enfermar, pero para lograrlo es necesario activar las “hormonas de la felicidad”, las cuales son más fáciles de generar cuando tenemos compañía que nos transmite las mismas hormonas.


Figura 4. Convivencia entre humanos, perro y gato. (Elena, 2014)


Glosario

1.      Proteico. 1. Relativo a las proteínas. 2. Que cambia de forma, aspecto o ideas.
2.      Opiáceo. Que contiene opio (látex seco utilizado en medicina como calmante y analgésico).
3.   Monoamina. Compuesto orgánico derivado del amoníaco por sustitución del hidrógeno que posee un solo radical.
4.  Neurotransmisor. Sustancia química, sintetizada por las neuronas del sistema nervioso, que efectúa la transmisión del impulso nervioso en la sinapsis.
5.   Cognición. Conocimiento, acción y efecto de conocer.      


Bibliografía

  • García Tomás & Lucena Núria. (2007). El Pequeño Larousse Ilustrado. México D.F.: Ediciones Larousse. P.76, 445, 717, 740, 834

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